Sin tierra y sin mar: música e identidad sefardí en México

Daniel González 

Esmuc 2015-2016

1.

El objeto de este ensayo es analizar en detalle un caso de inmigración judía en México ocurrido a mediados del siglo XX. La historia de los judíos en México ha ido construyéndose a lo largo de los siglos sin tener una linealidad. Distintas oleadas de inmigración han desembarcado en las costas del Golfo y se han dispersado por el país y el continente. Puede decirse que la historia de la comunidad comienza en época tan temprana como el siglo XVI, y ha ido conformándose tanto por las familias asentadas desde entonces como por las que han ido llegando al país movidas por distintas situaciones históricas que afectaban los modos de vida de los judíos europeos, asiáticos y africanos.  

 

El caso que hoy nos ocupa implica a cuatro descendientes de familias judías de distintas proveniencias. Los procesos de inmigración de estas familias no se encuentran sino hasta estar en suelo americano, donde algunos de sus miembros contraen matrimonio y poco a poco llegan a consolidar una sola familia. El matrimonio central que impulsa el interés de este trabajo es el contraído entre Rosa Nissán Rovero y Alberto Camhi Romano, celebrado en el Distrito Federal, el 18 de octubre de 1957. La familia forjada por Rosa y Alberto trae a otro de los personajes relevantes en esta historia, su hija Lilika Camhi Nissán.

 

El análisis de este contexto permitirá contrastar distintos procesos de apropiación y performance de la identidad judía, llevados a cabo de formas fundamentalmente distintas en cada una de las tres generaciones. Este caso concreto tiene un interés particular dado el acusado contraste que estos procesos de apropiación y revisión de la identidad tienen en cada una de las generaciones. Mientras que las familias recién llegadas de sus distintos países de orígen tienen que lidiar con un ambiente totalmente desconocido, en una condición de relativo desamparo, y tienen que buscar los medios para subsistir, relacionarse y arraigarse en la nueva tierra, la generación siguiente (la de Alberto y Rosa) nace ya en un contexto mexicano y en él vive su infancia, desarrolla su vida adulta y, actualmente, su vejez. Por otra parte, las decisiones y los azares que afectaron en la familia de Rosa y Alberto tuvieron una incidencia clarísima en la concepción de la identidad judía de la segunda generación (la de Lilika).

 

Además de estos tres contextos, dados de entrada por las circunstancias históricas, son muy interesantes los medios mediante los cuales cada generación construye y narra su  identidad. Pondremos especial énfasis en los medios utilizados por la primera y segunda generación nacidas en México, pues son las que tienen que relacionarse de manera indirecta con el contexto judaico en el que sus familias se originaron, construyéndose recuerdos y vivencias virtuales que consoliden su identidad. Rosa y Lilika serán los principales casos particulares en los que se observarán dichos medios y procesos.

 

Rosa Nissán se ha dedicado a la literatura y la fotografía desde su madurez. Una vez roto el círculo familiar tradicional que oprimía sus preocupaciones individuales, se ha dedicado a escribir novelas y cuentos, muchos de ellos autobiográficos, que relatan su vivencia individual del mundo judío en México. Su hija Lilika Camhi se ha dedicado profesionalmente a la docencia, sin embargo ha sido ella quien en sus ratos libres se ha entregado a la tarea de rescatar los documentos históricos de sus antepasados, al mismo tiempo que a comprender su identidad judía por medio del estudio de la historia general de este pueblo. Es relevante para este trabajo decir que, además de lo anterior, la identidad buscada, apropiada y performada por Lilika y Rosa se ha perfilado especialmente hacia la comunidad judía sefaradí.

 

Los métodos de investigación que hemos utilizado para la confección de este ensayo han sido cuatro fundamentalmente. Por un lado una investigación documental, en la cual hemos revisado algunos de los documentos históricos rescatados por Lilika Camhi y que nos han ayudado a trazar la historia más temprana de las familias. Por otro lado hemos realizado también entrevistas a profundidad con miembros de la familia, especialmente con las tres personas que hemos presentado hasta ahora. En tercer lugar hemos realizado una pequeña investigación bibliográfica, principalmente para cuestiones de contextualización. Por último, se ha hecho una búsqueda de referencias musicales en las novelas de Rosa Nissán, principalmente en la que relata su infancia, Novia que te vea (México, 1992).

 

El presente ensayo no tiene ninguna pretensión en concreto. No busca ser una investigación detallada sobre la historia de la familia Camhi-Nissan, ni una análisis minucioso de la construcción de la identidad en la obra de Rosa Nissán, ni tampoco un capítulo para la historia de los judíos en México. Se trata simplemente de un recorrido por las memorias, los relatos y los anhelos de esta familia, y un pequeño acercamiento al papel que la música ha tenido en la construcción de la identidad de distintas personas que tienen y tuvieron un contexto histórico, social y personal fundamentalmente distinto, pero también, fundamentalmente cercano.     

 

2.

Antes de comenzar hay que tener en cuenta que dentro de la misma comunidad judía existe una diversidad de costumbres y ritos debida a la condición primordialmente diaspórica de este pueblo. Según los judíos se asentaban temporalmente en distintos sitios de la geografía y eran posteriormente expulsados masivamente, o bien se desplazaban en movimientos más individuales, iban adquiriendo particularidades por el contacto cultural con la sociedad en al que estaban insertos y por los cambios internos que estas relaciones motivaban. Esta circunstancia provoca que los nuevos inmigrantes que llegaron a México en el siglo XX intentaran acercarse a los miembros de su misma comunidad que habían llegado al país anteriormente. La comunidad judía de México es conocida por el énfasis con que hace las distinciones entre distintas comunidades, situación que lleva muchas veces a conflictos identitarios y etnicitarios internos. Por ello es importante dedicar unas cuantas líneas a situar los países desde los cuales emigraron las familias de Alberto y Rosa, y por lo tanto tener una idea de los círculos en los que luego se moverían en México, así como de los rasgos etnicitarios que buscarían para formar su identidad, y por supuesto los tipos de música que les serían más cercanos.

 

Existen tres principales comunidades o divisiones étnicas dentro del judaísmo: los ashkenazim, los sefaradim, y los mizrahim. Estas divisiones están ligadas a unas determinadas zonas geográficas, sin embargo sus principales rasgos de identidad se encuentran en las tradiciones, las costumbres, las lenguas, y en muchos casos los rezos y algunas interpretaciones sobre preceptos religiosos. La identidad judía está muy marcada por estas diferencias en las tradiciones, ya que se trata de un pueblo fundamentalmente diaspórico, que nunca termina de estar arraigado completamente a un lugar geográfico. En este ensayo dejaremos a parte la comunidad ashkenazi, propia de los judíos que se asentaron antiguamente en Alemania y otros países cercanos del este y norte de Europa, ya que ninguno de los miembros de la familia Camhi-Nissán viene de esta comunidad.

 

Sí nos interesa en cambio hablar un poco sobre las comunidades sefaradí y mizrahi. La comunidad sefaradí recibe su nombre de la palabra hebrea que se refiere a la Península Ibérica y principalmente a España: Sefarad (ספרד en hebreo). Existen datos antiquísimos de la presencia de judíos en España, que se remontan incluso al siglo II d.C. Las comunidades judías habitaron en la Península durante casi quince siglos, teniendo entremedio etapas de gran auge cultural, social y económico. Fue a partir de finales del siglo XIV que comenzaron a haber importantes revueltas antijudías, comenzadas principalmente en Andalucía. Las matanzas y bautismos forzados fueron propagándose gradualmente por la Península hasta culminar con el Edicto de Granada de 1492, en el que los Reyes Católicos obligaban a todos los judíos a salir de sus dominios y no volver jamás. Entonces los judíos se vieron con la necesidad de huir a distintos reinos. A la expulsión Castellano-Aragonesa siguieron casi inmediatamente las de Navarra, Portugal y posteriormente los Estados Italianos. La diáspora sefardí encontró entonces uno de sus mayores refugios en los territorios del Imperio Otomano, principalmente en el siglo XVI durante los sultanatos de Bayazid II (1481-1512) y Süleyman I “El Magnífico” (1520-1566). Haría falta comentar brevemente que los territorios del Imperio Otomano hacia el siglo XVI abarcaban desde lo que hoy son Hungría y Bosnia hasta Egipto, Yemen y el norte de África. Este dominio territorial se mantendría en ascenso durante un siglo hasta que comenzaron a haber pérdidas progresivas. Uno de los rasgos identitarios más potentes de la comunidad sefardí es el idioma judeoespañol (también llamado ladino djudezmo). Las comunidades sefardíes siguieron utilizando el castellano antiguo que hablaban sus familias en el siglo XV, pero con notables apropiaciones del hebreo, el árabe, el turco, el francés e incluso el griego. A pesar de ser concebida como una sola lengua, existen variantes locales significativas. 

 

La comunidad mizrahi recibe su nombre de la palabra hebrea mizrah (מזרח en hebreo) que significa “oriente”. El nombre designa genéricamente a los judíos de Medio Oriente y el norte de África. Dada la inmensa diversidad de etnias y costumbres que se encuentran en tales áreas geográficas existe también un importante número de nombres para las comunidades según su lugar de orígen concreto, como es el caso de los parsim de Persia, los halabi de Aleppo (Siria), los shami de Damasco (Siria), o los magrebim de Marruecos, entre otros. Es importante en este caso tener una consideración especial para las comunidades de Siria, ya que tradicionalmente se postula que hay tres posibles orígenes para los judíos que viven en dichas comunidades: unos son los que habitan allí desde tiempos inmemoriales (que pueden alargarse hasta siglos antes de Cristo); otros son sefaradim que llegaron huyendo de España en los siglos XV y XVI; y otros son judíos exiliados de los Estados Italianos durante los siglos XVIII y XIX. Por lo tanto hay que tomar en cuenta que algunas familias de judíos sirios pueden pertenecer a la comunidad sefaradí, como sucede también con los judíos marroquíes.

 

Como veremos en las secciones siguientes, la familia Camhi-Nissán proviene de una serie de familias pertenecientes a distintas ramas de las comunidades sefardí y mizrahi. Muchas de las cuestiones brevemente esbozadas hasta aquí serán necesarias para comprender la historia de la familia, estándo ligadas tanto a aspectos culturales relevantes para la construcción de la identidad, como a sucesos históricos que ayudan a entender las razones de los movimientos migratorios de los cuales fueron partícipes los miembros de la generación a caballo entre ambos continentes.  

 

  1.     

Esbozado este contexto mínimo podemos proceder a trazar los orígenes de la familia Camhi-Nissán, que es el núcleo de interés de este trabajo.

Rosa Nissán Rovero (1939) nació en el D.F., México, el 15 de junio de 1939. Sus padres fueron Esther Rovero Abuaf y Moisés Nissán Mizrah y es la primogénita de los seis hijos que tuvieron. Esther Rovero Abuaf (1921- 2014) nació en Estambul, Turquía. Sus padres fueron Samuel Rovero y Zimbul Abuaf. En la casa de Esther se hablaban varios idiomas: turco, francés y ladino o judeoespañol. Estos datos, sumados a otras tradiciones y costumbres, nos ayudan a saber que la familia de Esther perteneció a la comunidad sefardí. En una entrevista, Rosa nos contó que la familia Rovero-Abuaf desembarcó en Veracrúz, México desde Estambul en 1935, ya habiendo caído el Imperio Otomano. Rosa recuerda haber oído que su abuela Zimbul Rovero nunca se sintió cómoda en el nuevo país; murió al poco tiempo, el año 1937. Por otro lado, Moisés Nissán Mizrahi (1914- 1985) nació en Shiraz, Persia (hoy Irán). Sus padres fueron Pinjas Ben Shimon Nissán y Mazal Mizrahi. Sabemos también que la familia Nissán-Mizrahi vivió durante un tiempo en Palestina, gracias a un laissez-passer (permiso de migración), fechado el 18 de julio de 1924, en que se permite a Pinjas y su familia salir de Palestina rumbo a México. Gracias a este mismo documento sabemos que Pinjas era carpintero y que nació aproximadamente en 1894, además de otros datos interesantes. La proveniencia de esta familia nos permite emparentarla pues con los judíos parsim de la rama mizrahi.

 

Alberto Camhi Romano (1936) nació también en el D.F., México, el 26 de agosto de 1936. Sus padres fueron Jacobo Elías Camhi Peso y Jasibe Romano Zaga, y es el más pequeño de los cinco hijos que tuvieron. Jacobo Elías Camhi Peso (c.1888- c.1980) nació en la ciudad de Monastir, una ciudad otomana fundada en 1864; tras la Segunda guerra de los Balcanes en 1913 la ciudad cambió su nombre al de Bitola (que aún conserva) y después de un tiempo pasó formar parte de Macedonia. Buena parte de la población de Monastir provenía de familias sefaradim que habían llegado en los siglos XV y XVI a la zona. Hubo un movimiento migratorio importante de judíos hacia América cerca de 1903, dado que la situación económica peligraba por las rebeliones macedonias contra el régimen otomano. Posiblemente haya sido en esta época que Jacobo Elías se movió al continente americano. De hecho, Alberto Camhi nos comentó en una entrevista que su padre había salido de Monastir siguiendo a unos hermanos suyos que estaban buscando oportunidades en Estados Unidos para librarse del servicio en el ejército. Luego de una estancia en EUA viajó a México, donde conocería a su futura esposa. Según Alberto recuerda, su padre falleció en Cuernavaca, Morelos (México) a los 92 años. Cabe decir que a pesar de que Alberto no recuerda que su padre hablara judeoespañol, sus apellidos son reconocidos en las listas de apellidos de origen sefardí. Por otro lado Jasibe Romano Zaga (1906-1974)  nació en Damasco, Siria. Hija de Jacobo Romano y Elisa Zaga. Anteriormente vimos que un porcentaje de judíos sirios era de ascendencia sefardí. Este posiblemente fuera el caso de Jasibe y su familia, pues además de que se sabe que Damasco fue la ciudad con mayor población sefardí en Siria, el apellido Romano aparece en las listas de apellidos sefardíes. Sin embargo hay que tener en cuenta que tanto Alberto como Rosa coincidieron, en distintas entrevistas, en que Jasibe no hablaba judeoespañol, y que su lengua vehicular era el árabe. 

 

Hagamos un recuento de todo lo anterior. La familia Camhi-Nissán proviene de cuatro familias anteriores. Por un lado las familias Camhi-Peso (Monastir, Macedonia: sefardí) y Romano-Zaga (Damasco, Siria: shami-sefardí); por otro las familias Nissán-Mizrahi (Shiraz, Persia: parsim) y Rovero-Abuaf (Estambul, Turquía: sefardí). En este punto podemos decir que nuestras tres personas principales, Rosa, Alberto y Lilika, estuvieron siempre cercanos al entorno sefardí, por lo menos en cuanto a genealogía. Sin embargo este hecho ha funcionado de forma  distinta en el proceso de construcción de la identidad de cada uno.

La sección siguiente tiene por objeto hacer un recorrido sobre estos procesos de construcción identitaria, principalmente en los casos de Rosa y Lilika, mucho más resaltados que el de Alberto. Estos ejemplos servirán para ilustrar la idea de que la identidad, la apropiación de un pasado y la construcción de una nostalgia y unos anhelos, tiene menos que ver con los hechos históricos que con las narraciones y performances que generan los individuos.

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